Tengo cinco minutos antes de mi muerte.
Debo encontrar aquel cuchillo.
Los cedros y el bambú cantan bemoles y sostenidos
nutridos de chorros de la vida mía.
Aquel hombre ha tomado todo lo que es más hermoso de mi
y ha puesto en su lugar a estas
tres mujeres diferentes
que al final sólo se desnudan
ante la presencia del amor.
Mi madre no sabe que tengo un lunar en el ojo derecho
y mi creador no sabe que un mosaico no lo hace igual Dios.
Como Akutagawa creó sus novelas sin historias
los humanos creamos humanos sin humanidad.
Los cedros y el bambú cantan nutridos de la
vida desnuda de humanos sin humanidad.
Ruedas dentadas suplantan mi visión,
y el amor fusiona a Murakami con el rayo de sol.
.-.
Lo dicho
20.10.09
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