Agradezco
que me hayas
robado tantas veces la inocencia,
amado virgen,
para regalarme una pureza
que no existía;
y ofrendarme un amor ficticio
que unió sin defecto
un corazón dividido.
Dejo morir entonces a mi musa,
y continuo un camino
donde he dejado
otra estación más.
Donde me ha dejado otra estación más.
.-.
Lo dicho
11.5.09
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