17.1.25

Genghis Khunt

Un grupo de gringos me dijo una vez a través de un juego de esos que te definía la personalidad en un aplicativo de citas: "We almost called you Brutus the Uterus and attached this picture" (casi te llamamos Brutus el Uterus y adjuntamos esta foto:)

brutus the uterus 

Para quienes precisen la descripción, la imagen muestra a un útero en corte coronal con unos ojos amenazantes, las trompas de falopio elevadas como musculosos puños flexionados, y unas piernas ilógicas de dudosa capacidad de balance, pero igualmente amenazadoras.

En aquel momento me sentí completamente realizada. Era un reflejo fiel, en mi propia visión, sobre lo que como persona yo buscaba ser y aparentar. Las historias de grandes momentos de disfrute y búsqueda desvergonzada de encuentros casuales se apilaban. El conteo de cuerpos, como lo llama la gente hoy día, crecía modesta pero consistentemente. Igual tampoco fueron tantos, ¡ni llegaban a las dos decenas en aquel entonces! Pero vaya que me divertía.

El goze de un mundo donde las presiones eran muchas pero también lo era la libertad de explorarse sexualmente, derivaron en nomeclatura ficticia que hacía honores a mi gran amor por coger y ser cogida. Era tan simple y tan exhuberante la cuestión que, cuando mutábamos a nuestro culto alcohólico sabatino, la gente sólo me conocía como un pollo asesino que deseaba ser sexo puro. Un pollo malabarista ninfomaníaco.

Pero el tiempo pasa. Una se rinde ante las módicas y largas cuotas de cariño sincero y meloso que proveen los contratos que facilita el capital. Ni siquiera es necesario cumplir con las cuotas de reproducción social si una es lo suficientemente caradura - al menos, no por completo. Pero de alguna u otra manera, una se adentra a la pantomima y la gente parece creer que tienen ante sí una persona de bien, una mujer hecha y derecha. 

Les diría con la frente en alto y con la certeza de mi honradez por ser gente de bien, ¡claro que la tienen!

Lo que no querrán comprender es que una mujer hecha y derecha es también una mujer orgullosa de su pasado. Una mujer hecha y derecha es una mujer que retornaría a las mismas andanzas el instante que termine el duelo, sea por enviudar o por el divorcio. Claro está que habrá mucho aprendizaje sobre los nuevos códigos; pero si no seguía los códigos ya en aquel entonces, no creo que sea necesario empezar a seguirlos ahora. Menos aún cuando el closet ha desaparecido de nuestro diccionario heteronormado.

Seremos Ghengis Khunt hasta la muerte.

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