18.11.12

Russian Roulette


I was just thinking that if I came to the point in life where I should consider killing myself -- do not freak out, it's not like that would ever happen. Ever. Really, I'm not thinking about killing myself. I'm thinking about impeding dead at the hands of a hungry zombie or a very painful and slow torture situation. Something completely beyond the scope of our imagination. Something like that.

SO. If it ever happened that for SOME reason I have decided to kill myself, first I want to take the chance by playing Russian Roulette. 

Actually, that's how I'd rather die -- if I had a choice in the matter. 

The only thing I'd feel sorry for is whoever gets to clean my brains spilled all over the place.

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16.11.12

Vuelve la música

Llego al punto en el que puedo observar y reconocer exitosamente el hecho de que incluso en mis expresiones más - o mejor dicho, con más razón - siempre tuve una tendencia insuperable a la creación literaria críptica. Mientras más críptica, más enigmática y mas ininteligible, mejor: tanto mayor la sinceridad cuando está escudada bajo los candados de temáticas desconectadas y metáforas elegidas al azar.

Luego de toda esa travesía de mensajes crípticos a mí misma y a aquellos pocos dispuestos y disponibles a escuchar, el silencio se asentó. Un silencio vacío, un silencio tan largo como el ancho de la Vía Láctea y tan profundo que ni los peces achatados pueden aguantar la presión. Un silecio regresivo, un silencio donde reinan la aparente estabilidad emocional y la seguridad porque las cosas se mantengan en un formato exclusivo. Ese silencio ha durado demasiado tiempo y me ha enterrado, cucharada a cucharada, bajo las falsas apariencias del acallamiento de mis escrúpulos.

Estoy usando palabras difíciles porque no me acuerdo de las más simples. Todavía sigo siendo críptica. Pero la música comenzó a sonar otra vez. Es cuestión de tiempo, de dejarse caer y de escribir más directamente. Todo empieza en el momento en que vuelve la música.

Feliz oximorón a todos y todas.

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13.11.12

Pizza y cerveza

A veces las cosas son más simples
y menos cínicas,
especialmente en un poema.

Solo hace falta pizza y cerveza.

 Un árbol, unas piedras,
ver la luz del sol o amar una tormenta.

A veces las cosas son más simples.

La primera quesadilla, unos besos tímidos.
Un amanecer silencioso.

Un dueto en piano,
o mejor aún,
un concierto privado.

Te propongo que las cosas sigan así,
que no nos falte
ni pizza
ni cerveza
ni besos tímidos.

Y veamos a dónde nos llevan
estas vueltas de la moneda.

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A pedido