7.3.20

Slam de Poesía

Me dí cuenta de que dejé de frecuentar espacios
por la ansiedad social
y el miedo
a tener que encarar a personas
reales o imaginarias
con posturas de mierda
reales o imaginaria

-- me retracto, reales todas,
y con consecuencias verdaderas
palpables
personales y ajenas
y mucho más articuladas que las palabras disconexas
de lo que un poema amorfo 
pueda ilustrar.

Me enojé tanto,
tanto,
me dió tanta rabia,
me tilteé peor que cuando voy a mitad de partida
y mi personaje murió 
a patadas
mientras mi contrincante me hace bailecitos
tentándome
y yo, tan pero tan pichada.

Me enojé tanto,
y me dí cuenta que vivo enojada.

Que no es noticia, nada de nada,
porque ser feminista en Paraguay es vivir enojada.

Y para más ser feminista crítica del medio alternativo estrella
ah, eso sique es vivir contispada
además de enojada.

No sé, no es que nada de esto tenga un punto de partida y un
punto de llegada.

Sólo que se que estar HARTA está gastado pero
sigue siendo estar HARTA
y sigue manifestando de manera efectiva
la rabia
de no ir a tomar junto a Juan de Fantopia
por evitarme lidiar con la caca.

No me voy a mandar la parte
de saber escribir poemas
porque llevo años sin hacer nada.

Pero me rehúso a seguir encerrada y dejar de salir
y darles la tristeza de no tener que verme la cara
cuando tengo tanto por decir
tanto por mostrar
y por debatir,
y aunque a nadie le importa,
a mí me da la gana,
y tengo el privilegio
y los medios
y la rabia.

Y vine para quedarme, no me voy nada.

.-.

No hay comentarios:

A pedido