23.12.08

Amado nanosegundo

Entre las miles de cosas que pensaba, una idea tomó protagonismo y llenó mi cabeza como una cheeseburger llena las arterias de materia fecal. Claro, hay que admitirlo: es sólo otro tanto de los pensamientos que existen en la vaina de esta afilada espada; y como buena espada, mientras más pesada y grande sea, es más difícil de manejar. Por lo tanto, explayarse en un solo punto del pensamiento es darle agilidad y no cantidad al número de ideas infinitas concebidas en una milésima de nanosegundo*. Ergo, pensaré en ese punto por una vez, y os contaré al respecto.

Pensaba en un par de sujetos de prueba, y las posibilidades de compartir una vida despreocupada y sexualmente activa. Sujeto en cuestión es muy abierto sexualmente, tanto en la interpretación morbosa como en la tolerancia ideológica. Sujeta en cuestión es tolerante y condescendiente al respecto, y admite gustar de la actividad sin pormenores de remordimiento moral.

Sin embargo, es sabido que ambos sujetos no crearon – y no tienen un interés real en crear un vínculo amoroso. So, nos encontramos ante la típica situación de muy buenos amigos con derechos que comparten la misma cama mientras se ofrecen placer mutuo. Claro que esta situación es un retrato al por mayor y garabateado a la velocidad de los compases de Värtinnä**; y los pormenores de dicha situación se ajustan deliciosamente a la (no) identificación del actual lector.

¿Cuál es el quid de la cuestión? Tropecé con sujeta existencialista amoral amorosamente lastimada; y con sujeto existencialista, sexópata amorosamente lastimado. Llenan el perfil perfecto de la amistad sincera donde pueden brindarse el favor de satisfacer su energía sexual creativa sin tener que comprometerse a ser adultos – avoiding la responsabilidad de cargar con las hormonas y/o descargarlas compulsivamente.

Pero sujeta no quiere sexo per se. Y sujeto no quiere amor per sexo. En este punto mi pensamiento fue capturado. Porque situaciones así se ven día a día, ¡son tan naturales! Los gatos de la vuelta de las esquina; los adictos que flirtean con actualizaciones de estado en msn; las bailarinas que tropiezan con trovadores en eventos culturales; los nihilistas que discuten al Marqués (no a Márquez) antes de llenar sus espacios aquelarristas. Digo, digo: no es Paraguay honesto. No es nada nuevo pensar en eso.

¿Qué es lo nuevo, entonces, mentecato manipulador de párrafos? Bueno, lo nuevo es encontrar más razón en la sexo-dadora que en el sexo-dador. ¡Qué la niña tiene más razón! Sexo per se, como si nada, para satisfacción hedonista, está a la orden del día. Y surge como un impulso cuidadosamente fingido en pensamiento racional, cumpliéndose siempre y cuando los, las o los y las personas deseosas de cubrir sus experiencias estén disponibles.

Lo que nunca surge es una mujer que se niegue a coger dentro de mi cabeza, y eso es sorprendente y un poco chocante. Porque conozco muchas amigas de más de veinte que siguen vírgenes y no tienen mucho interés en dejar el hábito – como yo perdí el interés en el sexo casual.

El problema entonces es la canalización de la información, y el desmerecimiento del sexo. ¿A qué viene que un acto tan lleno de ventajas y tan realizador a nivel emocional esté disminuido al conflicto del sexópata y la emo?

Viene a la existencia de medios hedonistas, de expresiones deformes, de parches emocionales y de explotación física para fines meramente fisiológicos-hormonales. Viene de la mano de la costumbre en boga de bailar el hasta abajo y predicar el liberalismo, atando a las chicas a ser putas cuando se acuestan con tres tipos en una semana mientras a los chicos se les da el mismo título por dormir con un hombre en su vida. “Si sos atractiva, te hablan y nos respondés, sos puta. Si respondés, no sos sólo puta: también sos fácil”*** dijo una amistad que lidia diariamente con el acoso de freaks y el desprecio de chetos.

La cosificación viene a la par de los discursos vacíos. Donde las palabras vulgares reemplazan al nanosegundo, y se vuelven ordinariamente familiares, borrando toda huella posible de belleza en un acto que únicamente satisface deseos pasionales.

El ser humano, por muy libre y aceptante que sea para con sus pasiones, convive en sí mismo con otras partes de sí mismo que responden a emociones, ideas de respeto y moral, y un deseo infinito y hábilmente maquillado. Se consuela y alimenta entonces con palabras, producciones fotográficas, moda, spots, tatuajes; fiestas y relaciones de sexo libre con amigos, amigas y perros chow-chow, perforaciones corporales y vestidos ajustados con brillo en la punta del pecho; bebidas con altos niveles de estimulantes de toda clase, polvos, filtros y humos compuestos de varios químicos cancerígenos, juegos de víctima, dominación y poder, y palabras falsas que apuntan a fingir un momento de intercambio emocional para llegar al tan ansiado momento climático (que a la larga hace más frustrante al momento climatérico)

Quedo entonces mal parado (porque tampoco se me anda parando) mientras defiendo una nueva alternativa: apostar a la opción de aquél Gurú**** que alguna vez afirmó que en Oriente el sexo revienta hacia Occidente porque allá lo borran y aquí lo cuecen. Pero dentro de poco aquí querrán borrarlo, y lo cocerán como palomitas para películas allá*****. Y para ese entonces podríamos darnos la oportunidad de redescubrir a las revistas de moda por el brillo de los ojos de sus modelos sufridos – no por el diámetro de sus mamas.

Mientras tanto, buen provecho con el presente: sirve de útiles múltiples maneras a sublimar esas pasiones y a entretener gatos de vecinos solteros –carentes de escapes físico por su nivel de extravagancia moralista. O porque usted no le ha hecho el favor.******

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* AMO esa palabra. Nanosegundo, nanosegundo, nanosegundo.

** “Oitara, aitara…” Canciones extrañas pero con ritmo marcado: geniales para ejercicios de calentamiento.

*** Mujer sexy, por cierto, la autora de esa frase.

**** Me pidió que protegiera su nombre, es un poco tímido. Ya saben, con eso de que escribió treinta libros y tiene seguidores en el mundo… la cosa no está fácil.

***** Entiendo que usted puede discrepar en este punto por la bomba constante de ilustraciones cómicas de tipo pornográfico de un país superpotencia en específico. Yo le digo: lea sobre la cultura india, vietnamita, china, indonesa y/o de más al medio (Irán, Irak, Arbzeidaján, Kazahjistán, etc.) Un país promocionado en un solo aspecto puede dibujarnos una cultura no correspondiente, así como ciertos paraguayos talentosos pueden darle buena fama a Paraguay. Las cosas son mucho más amplias. Lea mucho y luego cómprese una nueva visión.

****** Le puse de título previo alternativo a este ensayo “Non cogito, ergo superficiali sum”. Y un primer título alternativo: "Sobre coito y gatos en la esquina".

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